La Preparación para la Evacuación.
Yo creo que es algo que uno reconocerá en lo interno. No es tanto una preparación en relación con algo, no es preparación para una evacuación; es preparación en sí misma, que puede estar promovida, provocada por la idea de evacuación, pero lo importante es que uno sienta en qué consiste su preparación.
La preparación es una adaptación a algo que, únicamente investigando en lo profundo, uno podrá saber de qué se trata. Creo que todos vamos a sentir la sugerencia de esa preparación, pero tenemos que ver con relación a qué estado de ser nos inclina esa preparación, ¿de qué trata, en qué versa ella en sí? Eso es lo importante.
Preparación es una palabra tan ambigua que nos puede llevar a engaños, pero yo creo que cada uno lo sabrá en el momento oportuno. También cada uno de nosotros puede hacer observar a otro si puede estar en esa preparación o no; debemos ayudarnos mucho, los unos a los otros, a mantener los ojos abiertos, a estar despiertos, a ver lo que implica preparación. Es una disciplina muy universal, porque nadie puede preparar o ayudar a otro en los términos en que para sí mismo significa preparación, tiene que olvidarse de sí para ayudarlo, pero ahí está la garantía de lo universal, que pueda bucear en lo profundo de cada ser y ver en qué puede consistir esa preparación. Ver qué dilema puede un hermano atravesar y significarle preparación, descubrir eso sabiendo que no hay que pensar en términos de lo que uno es, sino simplemente mirar.
Si hiciéramos eso extensivo al grupo en sí, ¿qué podría significar preparación para un grupo? Mutua tolerancia y el orden que sucede a la tolerancia. Las cosas bien ordenadas siempre tienen un buen destino, pero el destino depende mucho del orden interno que ese grupo tenga y éste depende mucho de la tolerancia que haya. Creo muy importante eso, que la tolerancia dé lugar al orden y el orden de lugar al afecto, al amor de uno por el otro, pero primeramente que el afecto vaya ganando el corazón de todos, que podamos despertar de esa manera conjunta a otra realidad, ya habrá luego designios sobre esa unidad, pero primero ganar ese algo misterioso, cohesivo que une a todas las cosas y a todos los seres.
Creo que momentos importantes se irán ganando y a cada cual será según sus obras, cada uno estará en el lugar que más afinado, más necesario le sea. Hay dos cosas a distinguir: la necesidad interna de cada uno y el sentido de la utilidad que cada uno pueda tener y de acuerdo con esa necesidad interna serán ubicados los seres humanos. Y esto es algo que más que nada habla de reajustes y buenas disposiciones o de grandes signos de utilidad; tanto una cosa como la otra serán muy evidentes: la necesidad interior de cada uno de estar en lugares o la necesidad de prodigar la utilidad que como ser humano tiene.
Hay una razón en el tratamiento de este tema que tanto se ha vuelto a repetir y que se volverá a repetir cada vez con mayor profundidad, con mayor conciencia de la realidad, con mejor disposición y alcance; y será bueno más adelante distinguir los grandes dilemas del momento actual.
¿Deberá uno combatir en las fronteras o deberá organizar la nueva condición? ¿Cuál será el trabajo para cada uno? Yo creo que todas las almas que puedan participar de una manera positiva en este Fin de los Tiempos han atravesado épocas muy álgidas de la Humanidad: grandes holocaustos, grandes contiendas, desastres, todos han pasado por algo de eso porque es ahí donde se forjaron y, tal vez, parte del destino de todo eso era capacitar a un gran grupo humano para este otro tiempo.
Pensaba en la maravillosa obra que Schindler hizo al elegir a determinadas personas y salvarlas del holocausto, pero me entristece profundamente el destino que tuvieron los que no pudieron ser salvados. Cuando se habla de evacuación planetaria, se pone el énfasis en los lugares especiales del planeta y, en algún sentido, creo que eso ya está resuelto y me siento incluida, pero si hago una retrospección en mi vida, hasta hace poco tiempo yo me sentía tan llena de las mismas miserias que todo el mundo tiene, y por un lado, me siento gloriosa pero por el otro, siento una gran pena.
¿Para quién trabajará esa pena? Por un lado, te sentís gloriosa por sentirte salva, pero por el otro, una gran pena; sin embargo, la pena trabaja para lo mismo. Indagá en la naturaleza de esa pena. Quizás no sea pena por las personas sino por la condición que el mundo vive y te sirva como un vehículo telepático para ver lo que allí sucede.
Es como si nos invitaran a un determinado momento en la vida del mundo y viéramos lo que allí ocurre y lo que vemos no es muy grato, luego volvemos, pero, ¿dónde queda impreso todo lo que allí se vio? En la pena. Quiere decir que esa pena le va a revelar la condición del mundo y cuando le pregunte a la pena, ésta le va a contestar, le va a hablar de todo lo que vio, de la gravedad del momento, de los que se salvaron y de los que se fueron y mil cosas. Por eso creo que la pena trabaja para el mismo patrón, es un índice de gravedad más que nada y eso no quiere decir que no te sientas apenada por la gente, es para que sepas que en la pena hay mucho más.
En esos momentos, tal vez se vean medidas que se deban tomar y que trabajan para un mundo mejor y que sin ellas no habría un mundo mejor, aunque nadie quisiera que fuesen necesarias pero, ¿qué queremos, que el mundo continúe así o peor todavía? Hay algo que debe detener la insania en el mundo, debe detenerla. En fin, servite de la pena.
¿A qué se debe la tolerancia de la Naturaleza? ¿Por qué no responde a tanto horror y tanta desinteligencia? ¿Qué pueden hacer los Mansos de la Tierra durante este proceso?
Tus preguntas nos llevan a considerar un gran tema: ¿cuál será el instante más álgido en la vida de la humanidad? ¿Cuál será la actitud, la postura humana que podría cargar definitivamente el brazo de la Naturaleza?
Creo que cuando la humanidad ya nada pueda hacer con sus horrores, cuando solo pueda acumularlos y propagarlos, la Naturaleza va a interrumpir ese proceso. Mientras pueda hacer otra cosa, mientras haya una posibilidad de cambio, todavía hay tiempo, todavía hay una esperanza, una oportunidad de que el ajuste, o la represalia parte de la Naturaleza no acontezca; pero cuando eso sea un imposible y la masa caótica no pueda hacer otra cosa que seguir produciendo caos, ahí se interrumpiría su accionar de la mano de las fuerzas naturales.
Pero, ¿cuál es el papel que juegan los Mansos de la Tierra en este proceso? ¿Deben ellos intervenir en algo así? Creo que no. Es muy difícil cambiar esa situación. Los Mansos tienen otro proceso: deben crecer para poder heredar este mundo, aunque sea un mundo en ruinas y poder llevarlo a un buen destino.
Su tarea es posapocalíptica, no preapocalíptica. Sin embargo hoy están creando los fundamentos, la plataforma, los cimientos de esa nueva condición. Y en ese sentido, hasta los mismos caóticos los están ayudando, porque los Mansos necesitan de una gran enseñanza, de una gran moraleja y esta moraleja la van a extraer de esta misma situación. No podría existir una moraleja más acorde al crecimiento de los Mansos que la que los caóticos les pueden dar llevándolos a una situación tan tremenda que solo les reste decir: “¡No queremos vivir nunca más todo esto!”. Eso va a ser inevitable, porque los Mansos necesitan madurar. Hoy pueden tener una plataforma harto teórica y eso está bien pero necesitan atravesar el fuego de las circunstancias, el fuego del holocausto, el fuego de lo sagrado y eso vendrá a través de las consecuencias.
El mundo va a vivir cosas así pero todavía pueden variar los términos en que eso sea vivido. ¿Cuál será la plataforma de los Mansos? ¿Cuál será su enseñanza? Eso puede ser de muy distintos órdenes. Cuando hablamos de la Gran Evacuación estamos haciendo referencia a un término más que nada. No es para hacernos a la idea de que vendrán seres de otros mundos a evacuarnos, no es eso lo que nos debe ocupar.
La Gran Evacuación es un gran proceso que consta de cinco frentes.
El primero de esos frentes está en relación con la gente que siente deseos de vivir en un mundo de paz y que de alguna manera van a presentir el momento álgido de la humanidad y van a buscar lugares seguros de la tierra, inspirados por un Éxodo. Y serán esos grupos que vivirán esparcidos por el mundo, los primeros herederos de la nueva condición. Telepáticamente están recibiendo una información y una formación a esos efectos, están siendo capacitados con relación a esos lugares seguros de la tierra. Esos lugares ya han sido preparados, están imantados con otra realidad y el ejercicio no está solamente en encontrar esos lugares sino en registrar la nota saliente, la nota de afinidad del lugar mismo. En eso consta, en pocas palabras, el primer frente.
El segundo frente está referido al rescate de una parte de la Historia de la Humanidad que tanto le compete a la humanidad que vive en la superficie como a aquellos seres que viven en ciudades intraterrenas. Pero, ¿de dónde vienen esos seres? ¿Son todos ellos oriundos de este planeta? No todos. Muchos de ellos presenciaron antiguos desenlaces de la humanidad y se refugiaron en el interior de la tierra, donde continuaron evolucionando y se fueron asociando cada vez más con gente que venía de otros planetas y crearon una gran sociedad conjunta en lugares intraterrenos. El segundo frente está constituido por ellos.
¿Puede uno rescatar entonces los vestigios de las Grandes Civilizaciones, de los grandes momentos de la Historia? ¿Puede tomar esa sustancia, esa filosofía, esa forma de vida? Claro que sí, y con ello puede comenzar un diálogo telepático con esas corrientes tan avanzadas en comparación con nosotros y disponer de una gran enseñanza. No es el hombre yendo de un lugar a otro, en la búsqueda de esas ciudades intraterrenas, sino encarando el rescate de lo que ellas tienen para ofrecer. Los que tengan que estar en esos lugares pueden estar seguros que serán encontrados, no deben preocuparse por eso, pero sí deben abocarse a hacer el proceso, a capacitarse para rescatar y reproducir las instancias de esa evolución paralela y saber cómo ha proseguido a lo largo del tiempo.
El tercer frente está en referencia a otra realidad, pero también está dado por el ejercicio de la telepatía, porque todo el proceso de los Mansos es telepático. Y esa tercera telepatía está dirigida a lo que podemos llamar las Bases en el Espacio, que son representaciones universales de lo que en realidad el Universo es, donde hay una enorme fuente de aprendizaje para que la humanidad algún día pueda desembocar en la Vida Universal. Hay una enseñanza referida a la inmersión en la vida del universo de la cual esas naves-madres o bases del espacio tienen un contenido de información increíble sobre todo lo que el ser humano desee saber y muy especialmente referidas a la Doctrina Solar y el futuro del planeta. Y entre esos dos parámetros se halla la gran enseñanza proveniente de esas naves del espacio.
Tenemos el cuarto frente que son los Mundos Avanzados del Universo, mundos muy superiores a todo lo que conocemos. ¿Bajo qué instancias, en qué etapa de la vida de un hombre podría verse inspirado por una realidad semejante? ¿Cómo puede entrar a través de la telepatía en contacto con esos Mundos Superiores en los que la vida es tan diferente? Creo que solo podría hacerlo en la etapa de la ancianidad, cuando han decrecido muchas de las necesidades humanas y que por lo tanto, empieza a estar apto para atender a otras cosas. Por eso si uno, al entrar en la ancianidad, pudiera encontrar un motivo lo suficientemente poderoso para continuar su vida, podría darse un tipo de transformación o mutación celular que le permitiría por un lado prolongar su vida, y por el otro, empezar a extraer viejos conocimientos, no tan solo de la Evolución Humana porque eso seguramente su alma ya lo ha registrado, sino del Pasado de la Creación. Quiere decir que recobraría un código celular referido al Pasado de la Creación que, en su impronta energética, le prolongaría la vida y le daría connotaciones de lo que una vida futura puede ser. Si el hombre pudiera hacer esto va a necesitar de una referencia que estaría dada por el factor telepático relacionado con esos Mundos Superiores. Se crea así un campo telepático sumamente fértil, se remite a esos mundos superiores y comienza a comprender lo que es el Pasado de la Creación. ¿Podremos dar lugar a un estado longevo? Si tenemos una causa lo suficientemente poderosa que necesite ser comprobada físicamente o ser vivida físicamente, seguramente la Providencia va a considerarlo y le concederá los años de vida suficientes para hacer ese sagrado intercambio. En esto estaría conformado el cuarto frente.
El quinto frente es de otro orden. Es la derivación de toda la masa humana caótica hacia mundos acordes a su estado evolutivo. Han sido generadores de caos y cuando esa enorme y milenaria carga ya no puede ser aclarada en el mundo de los conceptos, tienen que ser removidos para que puedan vivir donde puedan aprender. Por eso van a ser llevados a mundos mucho más primarios que el nuestro, donde se verán reajustados por los elementos de la Naturaleza y por la actividad humana (si podemos llamarla así) de esos mundos. Allí serán ajusticiados. Pero habrá algo que se puede considerar de alguna manera como un atenuante de esa condición y es el olvido que van a gozar. Se van a olvidar de todo lo que fue su condición humana, de que participaron en la evolución de un planeta, de que ocasionaron tanto horror en él. La Providencia los va a asistir de esa manera, garantizando el olvido, interrumpiendo la razón o poniéndola en estado de suspenso hasta que sea aconsejable que lo puedan recordar. ¿Acaso parte de eso no ha ocurrido en nuestra humanidad? Los avances tecnológicos del último siglo ya formaban parte del patrimonio humano desde hace milenios, pero fueron olvidados y recién en esta época fue autorizada su recapitulación. Así también esos seres gozarán de un olvido de la evolución alcanzada, una interrupción de la razón misma y en algún momento de su evolución podrán recordar.
Podemos conjeturar cuál será el tiempo del olvido que esos seres vivan en esos mundos y decir que el mismo es proporcional a la distancia tiempo que tenemos desde los grandes cataclismos de la humanidad hasta nuestros días. Pero tal vez pueda haber una nota atenuante porque toda evolución tiene una característica que le es propia y es la velocidad, y tal vez la velocidad de estos tiempos también les permita producir su moraleja más rápidamente y así el tiempo del olvido tener una menor duración.
Ramatis asegura que ese tiempo puede durar entre seis y siete mil años, pero yo le adjudicaba entre unos diez a doce mil. Sin embargo, todo esto es muy relativo y está en relación con el desenvolvimiento que esa masa caótica tenga en ese otro planeta y según sea éste, ellos mismos determinarán ese lapso.
Hay algo muy concreto y determinante en ese sentido que es la extinción de la última célula de insania, porque hasta que no se agote, hasta que no sea desintegrada la última célula de insania en toda esa masa humana, el proceso no culmina. Y esa humanidad tendrá que asistir a eso. Cuando se vaya aproximando el final y un importante caudal de esas inquietantes células antiguas se haya extinguido, podrá permitírseles un cierto recuerdo, porque entonces el componente psíquico ya habrá sido muy reajustado, y eso les permitirá recordar. Tal vez seres de infinita misericordia se acerquen entonces a ellos y vayan concediéndoles tenues recuerdos, algo así como un vago presentir como el que puede tener hoy en este mundo cualquier hombre acerca de su naturaleza.
En todo eso va a haber un proceso paralelo con la humanidad de este planeta, quizás debido al alto grado evolutivo al que haya accedido al cabo de tan prolongado tiempo, gracias al cual pueda haber un grado de comunión tal entre esas dos evoluciones, que le permita iniciar un rescate de esa masa caótica redimida.
¿Cómo se producirá ese rescate? Esa humanidad tan evolucionada estará facultada para crear como una “Escala de Jacob”, algo así como una cadena de equivalentes entre el estado evolutivo alcanzado en este planeta en ese entonces y el estado evolutivo alcanzado por la humanidad que lo abandonó tanto tiempo atrás. Esos equivalentes serán los escalones por los cuales deberán entrar nuevamente a este mundo. Es un trabajo de una Ingeniería Celeste.
¿De qué manera podrán ser registrados esos equivalentes? Al principio será a través de todo lo inconsciente en ellos y en ese sentido, el estado onírico mucho los puede asistir; muchas cosas serán presentidas primero oníricamente y luego en vigilia, calando en su interior, en sus corazones, en sus mentes, hasta que puedan emprender el regreso hacia su tierra de origen. De esa manera se combina muchas veces la vida de los pueblos, la vida de los mundos. Procesos increíbles y maravillosos que esperan por la evolución de las humanidades.
Pero, ¿dónde puede uno capacitarse para ver estas realidades y bondades? ¿A qué Escuelas debe asistir? Esas Escuelas no están en el plano físico sino en un lugar a donde la conciencia lo puede remitir si uno así lo quisiera y para ello se preparara. Tal vez muchas de estas enseñanzas se den en esas Grandes Bases del Espacio. Es como esa imagen de Dorée que ilustra “La Divina Comedia”: el Maestro y el Discípulo parados sobre una nube, viendo el paso de los mundos, de las civilizaciones, de las humanidades... ¿Qué le estará enseñando ese Maestro? Tal vez muchas de estas cosas. La aventura de la humanidad es infinita, ilimitada, no debemos buscarla solamente a través de sus connotaciones físicas, sino en nuestro interior y seguramente él nos develará todos esos misterios.
por El Mahatma de Occidente, El Maestro Yaco Albala...